El mejor lugar para procurar ser llenos de luz y de verdad es nuestro hogar… La familia es el taller del Señor sobre la tierra para ayudarnos a aprender y a vivir el Evangelio. Llegamos a nuestra familia con el sagrado deber de fortalecernos espiritualmente unos a otros.
“Las familias eternas fuertes y los hogares llenos del Espíritu no suceden por casualidad; requieren gran esfuerzo, tiempo y que cada miembro de la familia haga su parte. Cada hogar es diferente, pero todo hogar en el que siquiera uno solo de sus miembros procure la verdad puede marcar la diferencia”.
Ideas para aprender y vivir el Evangelio en el hogar:
Registra las impresiones espirituales. Escribir tus impresiones puede ayudarte a ser más consciente espiritualmente, incluso después de haber orado, leído las Escrituras o participado en la noche de hogar.
Registra las impresiones espirituales. Escribir tus impresiones puede ayudarte a ser más consciente espiritualmente, incluso después de haber orado, leído las Escrituras o participado en la noche de hogar.
Comparte lo que aprendas en Seminario, en las reuniones de la Iglesia, en tu estudio de las Escrituras o aun ideas de tu vida cotidiana. Compartir reflexiones fortalece a los demás.
Prepárate para la noche de hogar. Por ejemplo, podrías pedirle una asignación a tus padres, o tu familia podría decidir que todos lean un discurso de la conferencia general o un capítulo de las Escrituras para luego analizarlo juntos en la siguiente noche de hogar.
Aprende de la vida cotidiana. ¿Qué oportunidades tienes de guardar tus convenios? ¿De qué manera testifican de Cristo las cosas que te rodean?
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